VILLA MERCEDES
Siempre, el recuerdo de Abel Ortiz: “Era una persona divertida, tenía 9 hermanos, un padre y una madre”
Las hermanas reavivaron el dolor de sus corazones después que una de las implicadas de la desaparición recuperara la libertad. Volvieron a cuestionar a la Justicia porque el caso no está resuelto. La única esperanza que tienen es de “recuperar sus restos”.
En diálogo con El Chorrillero, Graciela, Patricia, Carolina, Marcela y Valeria describieron a su hermano como una persona tranquila, honesta y divertida: “Así era Abel, le gustaba hacer bromas, era el Benjamín de la familia, el más chico”.
“Era un joven que tenía nueve hermanos, un papá, una mamá, y hoy es un joven de Villa Mercedes que lleva nueve años y tres meses desaparecido”, agregó Patricia.
Lo último que saben de “Pochi” es que el 16 de septiembre de 2014 salió de la casa de Marcela (con quien vivía) para ir al gimnasio y luego a casa de Alejandra Espinosa. “Hasta el día de hoy no lo volvimos a ver”, dijeron.
También contaron que al día siguiente uno de los hermanos, Ariel, fue a buscarlo a la casa de Espinosa y algo le llamó la atención. “Por el tono que utilizó, supimos que mi hermano no estaba bien. Ella le dijo ‘Sí estuvimos juntos a la noche pero ya no está, pasá a ver que no está’”, refirieron.
Después de eso se hizo una denuncia policial pero hasta hoy no encontraron las respuestas. “Todo conduce siempre a las mismas personas. Siempre ocultaron y taparon pruebas”, recordaron.
En el transcurso de los años, familiares y ciudadanos se manifestaron cerca de 40 veces para pedir por la aparición del joven, pero últimamente decidieron apartarse de la exposición para resguardar la salud de su madre, que tiene casi 80 años.
“Las marchas nos sirvieron para que la gente sepa que Abel no se fue de viaje, como querían hacer creer o decir estas personas. Si ven la nota de Espinosa, sigue diciendo como que está vivo por ahí”.
Además, comentaron que en las calles pudieron recibir “amor de la gente, que nunca se olvida de él”.
Con respecto a Alejandra Espinosa consideraron que “es una persona peligrosa, no solo para la familia Ortiz, sino también para la sociedad”.
No tienen duda: “Todas las respuestas que necesitamos como familia las tiene ella y las personas que ayudaron a desaparecer a nuestro hermano”.
Sostienen que si en 9 años, ni Espinosa, ni Acevedo se acercaron a la familia, ya “no hay nada más que hablar”.
Dejaron en claro que no pierden la fe de que el caso sea resuelto: “Seguimos esperando la justicia. Pero que no se equivoquen, que de la justicia divina nadie se salva”.